La red social admitió el jueves que empleó a la empresa de relaciones públicas Burson-Marstellar propiedad de WPP, para llamar la atención al uso de información personal de los usuarios por parte de los Círculos Sociales de Google, uno de los elementos de redes sociales de Google que menos se conocen.
Las tácticas, sin embargo, fueron cuestionadas por el ex Presidente del Reino Unido de Burson-Mastellar, Terence Fane-Saunders, quien trabajo para la compañía en los ochentas y ahora es dueño de su propia empresa de relaciones públicas, Chelgate.
Las tácticas, sin embargo, fueron cuestionadas por el ex Presidente del Reino Unido de Burson-Mastellar, Terence Fane-Saunders, quien trabajo para la compañía en los ochentas y ahora es dueño de su propia empresa de relaciones públicas, Chelgate.
"Qué diablos pasó", dijo Fane-Saunders a la empresa, criticando sus tácticas.
"Si los profesionales principales de B-M ahora operan como sombríos portavoces callejeros, te tienes que preguntar acerca del valor de ese ejemplo", dijo.
Burson-Marsteller confirmó el jueves que fue contratado de manera secreta por Facebook para echar a andar una campaña anónima en contra de Google.
Contactó a diversos periodistas y expertos en privacidad sin revelar la identidad de su cliente.
"En este sucio intento pequeño para sembrar historias negativas sin revelar la fuente, estaban negándole a los medios de comunicación (y eso significa el público, y significa tu y yo) la oportunidad de formarse el juicio en cuanto al valor de esas historias", dijo Sanders. "Si no conoces la fuente, no puedes tener juicio del motivo".
En respuesta, Facebook dijo que debió de haber presentado la cuestión de manera "seria y transparente".
"Queríamos que terceros verificaron que la gente no aprueba la recolección y uso de información de sus cuentas en Facebook y otros servicios para ser incluidas en Círculos Sociales de Google", dijo la compañía en un comunicado.
Burson-Marsteller dijo el viernes que no despediría a los dos periodistas involucrados en la campaña difamatoria - el ex corresponsal de tecnología para CNBC Jim Goldman y el ex periodista de política John Mercurio que se unió a la empresa de relaciones públicas recientemente después de una larga carrera en los medios de comunicación.
Ambos recibirán mayor "entrenamiento" y Burson-Marsteller dijo que intenta redistribuír sus códigos de ética a todos los empleados a raíz del escándalo.
"Hemos revisado las políticas y procedimientos con cada individuo involucrado en el programa y aclaramos que esto no puede ocurrir otra vez", dijo Pat Ford, el presidente de Burson en Estados Unidos en un artículo de PR Week USA..
"Si los profesionales principales de B-M ahora operan como sombríos portavoces callejeros, te tienes que preguntar acerca del valor de ese ejemplo", dijo.
Burson-Marsteller confirmó el jueves que fue contratado de manera secreta por Facebook para echar a andar una campaña anónima en contra de Google.
Contactó a diversos periodistas y expertos en privacidad sin revelar la identidad de su cliente.
"En este sucio intento pequeño para sembrar historias negativas sin revelar la fuente, estaban negándole a los medios de comunicación (y eso significa el público, y significa tu y yo) la oportunidad de formarse el juicio en cuanto al valor de esas historias", dijo Sanders. "Si no conoces la fuente, no puedes tener juicio del motivo".
En respuesta, Facebook dijo que debió de haber presentado la cuestión de manera "seria y transparente".
"Queríamos que terceros verificaron que la gente no aprueba la recolección y uso de información de sus cuentas en Facebook y otros servicios para ser incluidas en Círculos Sociales de Google", dijo la compañía en un comunicado.
Burson-Marsteller dijo el viernes que no despediría a los dos periodistas involucrados en la campaña difamatoria - el ex corresponsal de tecnología para CNBC Jim Goldman y el ex periodista de política John Mercurio que se unió a la empresa de relaciones públicas recientemente después de una larga carrera en los medios de comunicación.
Ambos recibirán mayor "entrenamiento" y Burson-Marsteller dijo que intenta redistribuír sus códigos de ética a todos los empleados a raíz del escándalo.
"Hemos revisado las políticas y procedimientos con cada individuo involucrado en el programa y aclaramos que esto no puede ocurrir otra vez", dijo Pat Ford, el presidente de Burson en Estados Unidos en un artículo de PR Week USA..