En tiempos recientes, los ataques por Internet en nombre de la justicia y la igualdad y otro sinfín de cosas han estado de moda.
“Anonymous” es un grupo de hackers que, cada que tienen la oportunidad, organizan ataques gigantes como introducirse a Bases de Datos y sacar información de clientes y publicarla o tumbar una página en base a un DDoS (básicamente es automatizar miles o millones de intentos a una página hasta que el servidor truena).
WikiLeaks fue una organización que se dedicaba a conseguir información privada (o leaks) y publicarlos al público con el fin de dar a conocer supuesta información relevante a todo el público.
La última organización de este tipo - LulzSec - por 50 días atacó diferentes Bases de Datos y publicó la información confidencial de los clientes de algunos bancos y otras empresas.
Algo tienen en común estas 3 organizaciones. Según su filosofía, usan los ataques a grandes corporaciones para enseñarles una lección y proteger a los pobres clientes de los abusos que sufren. Sin embargo, hay cosas que pasan por alto. Los que más sufren son los mismos clientes.
Hace unos meses un grupo de hackers (nunca se confirmó si fue o no Anonymous) entró a la red de PlayStation y sacó información de los usuarios: passwords, correos electrónicos y números de tarjeta de crédito. Sony batalló por mucho tiempo para recuperar su información y su red para poder volver a ofrecer sus servicios. Pero si bien Sony se llevó un duro golpe de Relaciones Públicas y dejó de ganar millones de dólares, los más afectados fueron los usuarios de PlayStation, quienes no podían jugar en línea, comprar juegos y en algunos casos siquiera jugar algunos juegos que requerían la red. Bonita manera de molestar a Sony, dejar a sus clientes inhabilitados.
Al mismo tiempo, WikiLeaks brincó a la fama con ciertos cables diplomáticos que dieron a conocer.
Julian Assange se volvió una celebridad y un prófugo de la justicia. Mientras tanto, los bancos estadounidenses llevaban a cabo su protocolo de bloquear cualquier transacción a organizaciones dudosas , en este caso WikiLeaks y Assange, y Anonymous se dió a la tarea de intentar tumbar las páginas de Internet de estos Bancos por "tentar contra la libertad de expresión" (sea lo que sea que signifique eso). Otro caso muy sonado de WikiLeaks fueron comunicados de guerra de Irak. Ahí venía información sin censura de los soldados. Su dirección, sus nombres completos, y otros datos relevantes. Por más en contra que se pueda estar contra la guerra, exhibir de esa manera a soldados que - a final de cuentas sólo cumplen órdenes - no está bien.
LulzSec hace un par de días anunció que había cumplido su cometido y por ende dejarían de "trabajar". Medio mundo les aplaude, mientras el resto perdió su tiempo tratando de recuperar, si bien les va, su cuenta de correo.
LulzSec hace un par de días anunció que había cumplido su cometido y por ende dejarían de "trabajar". Medio mundo les aplaude, mientras el resto perdió su tiempo tratando de recuperar, si bien les va, su cuenta de correo.
A final de cuentas, todo lo que hacen estas organizaciones solo se puede describir con una palabra: terrorismo. Pero más allá del nombre que le demos, es por demás preocupante saber que siempre habrá quien toma una bandera de libertad mal encaminada y se dedica a molestar a la gente que no tiene nada que ver en sus peleas. Después de todo, en el mundo virtual de hoy, "comunidad" es una palabra muy fuerte y haciendo bien las cosas, se pueden lograr cosas importantes.
El caso de "GeoHot" me salta mucho a la vista. GeoHot fue quien logró hackear el PlayStation para poder correr otras aplicaciones dentro de la consola, entre otras cosas. También hackeó el iPhone. Sony logró encontrarlo y fueron a corte, donde finalmente tuvieron un arreglo donde GeoHot prometió no intentar hackear nuevamente el PlayStation. Irónico, porque esto fue lo que provocó que tumbaran la red de PS. Finalmente, alguien vio que estos talentos se podrían usar para algo de provecho.